3 de julio de 2024
Alguna vez hemos padecido un poco de tos, y enseguida echamos mano de jarabes comerciales, pues espera, prueba este jarabe de agradable sabor.
Los jarabes son fáciles de hacer, se trata de hacer una infusión o una decocción de planta, o de la parte de la planta que nos interese, y luego añadirle miel o azúcar moreno, para que espese y se conserve mejor.
Lo primero es limpiar el puerro, cortarlo a trocitos pequeños y ponerlo a cocer en poca agua (sólo la cantidad de agua para que lo cubra), cuando ya esté blando, y el agua se haya reducido bastante, debemos escurrirlo para recoger el agua que pueda contener el puerro.
Para ello, lo primero, colamos el preparado, es decir, el agua con el puerro, y en un colador de tela (de esos que llamamos de calcetín), ponemos el resto del puerro y con ayuda de unos guantes apretamos bien para extraer todo el jugo posible.
A continuación, vamos añadiendo la miel y removiendo hasta que quede disuelta y de textura como de jarabe. Lo podemos conservar si lo ponemos en botes de cristal opacos y esterilizados (es decir, hervidos) y a poder ser con tapón de corcho o goma, no de metal.
Tomar una cucharada cuando sea necesario. Abstenerse los diabéticos, claro.
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